Como si mil años hubiesen sido aquel segundo que cambiaste mi vida,
como si tus labios recordasen el tacto de los mÃos en una vida que no era la nuestra.
Tormenta gris, espesa, en tus ojos frÃos,
tentando a mi cuerpo a producir un intenso temblor como cada vez que te miro,
encendiendo la inspiración que, se supone, ya habÃa desaparecido.
Te rozaba por un segundo,
y podÃa jurar que nunca habÃa sentido más paz que en toda mi existencia.
Tú eras palabras mayores,
eras algo que habrÃa jurado era una mentira,
el lÃmite entre mi pasado y mi presente.
¿Y cómo puede llegar a ser tan hermosa a tu lado la tristeza que,
de tan hermosa,
más triste a la vez?
Asà que supe con solo verte,
que llegaste durante mi vida y te dejaré a mi muerte.
-A una libre interpretación.